Los Centros Especiales de Trabajo (CET) no son espacios homogéneos. Son entornos diversos donde trabajan personas con diferentes tipos de discapacidad, cada una con sus capacidades, necesidades y potencial. Hablar de “personas con discapacidad” de forma general no refleja la riqueza de perfiles que conviven en estos centros.
🔍 ¿Qué tipos de discapacidad encontramos habitualmente?
A continuación, detallamos los principales tipos de discapacidad reconocidos legalmente y que tienen presencia en los CET:
TIPOS | FORTALEZAS | ADAPTACIONES |
Discapacidad intelectual Afecta el desarrollo cognitivo, el aprendizaje y la autonomía. | 1. Capacidad para seguir rutinas y procedimientos 2. Constancia y responsabilidad 3. Alta implicación en la tarea | 1. Actividades estructuradas paso a paso 2. Soporte visual o pictográfico 3. Supervisión y refuerzo positivo |
Trastorno del Espectro Autista (TEA) Implica dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad del pensamiento. | 1. Atención al detalle 2. Trabajo repetitivo con precisión 3. Fiel a la rutina y normas | 1. Entornos estables y predecibles 2. Espacios tranquilos con pocos estímulos 3. Instrucciones claras y directas |
Discapacidad física Afecta al sistema motor y puede limitar la movilidad o el uso de extremidades. | 1. Capacidades cognitivas y técnicas intactas 2. Motivación alta y autonomía | 1. Accesibilidad arquitectónica 2. Herramientas ergonómicas 3. Adequación de ritmos y tareas |
Discapacidad sensorial (visual y auditiva) Incluye ceguera, baja visión, sordera o hipoacusia. | 1. Capacidad de adaptación con herramientas técnicas 2. Concentración y atención a otros estímulos | 1. Lector de pantalla, braille, subtítulos, bucles magnéticos 2. Lengua de signos o comunicación alternativa |
Discapacidad por trastorno mental Incluye patologías como depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, etc. | 1. Empatía 2. Creatividad 3. Compromiso cuando hay entornos comprensivos | 1. Apoyo emocional continuo 2. Flexibilidad horaria 3. Clima de trabajo con baja sobrecarga social |
La clave: adaptar el entorno a la persona
Cada trabajador tiene un perfil único. En un CET, los equipos profesionales diseñan puestos de trabajo que se adaptan a las necesidades individuales, no al diagnóstico. Así se logra un entorno donde la diversidad se convierte en fortaleza productiva.
Conclusión
Los CET no emplean “personas con discapacidad” como grupo homogéneo, sino personas con nombre, historia y capacidades. Con los apoyos adecuados, cada persona puede aportar valor real al equipo y al proceso productivo.
La inclusión no es caridad, es justicia. Y también eficiencia.
