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Contigo, no solo hasta la puerta: el acompañamiento como pieza clave para la inclusión laboral

Hablar de inclusión laboral no es solo hablar de contratos. Es hablar de personas. De trayectorias, de necesidades, de ritmos propios. Y en ese camino, hay un elemento esencial para que la inclusión sea real y duradera: el acompañamiento personalizado.

¿Qué entendemos por acompañamiento?

Es el apoyo constante y adaptado que recibe la persona con discapacidad para adaptarse, crecer y mantenerse en el puesto de trabajo. Va mucho más allá del acceso inicial: implica seguimiento, confianza y escucha activa.

Este acompañamiento puede tomar muchas formas:

  • Apoyo emocional ante situaciones nuevas o difíciles
  • Orientación para gestionar tareas, horarios o relaciones laborales
  • Intermediación con la empresa para facilitar una buena comunicación
  • Refuerzo de competencias profesionales y personales

El papel clave del preparador/a laboral

La figura del preparador/a laboral o técnico/a de apoyo es fundamental. Es quien acompaña a la persona con discapacidad antes, durante y después de la incorporación. Conoce sus capacidades, sus límites y también su potencial. Y le ayuda a ponerlo en valor.

No se trata de hacer por ellos, sino de hacer con ellos. De estar presente cuando se necesita, y retirarse cuando la persona gana autonomía.

Casos reales: pequeños gestos, grandes cambios

  • Una persona con discapacidad intelectual que al principio no se comunicaba con el equipo, y que, gracias a un apoyo adaptado, ahora lidera una parte del proceso de trabajo.
  • Un joven con parálisis cerebral que pudo expresar sus necesidades a la empresa con confianza, gracias al acompañamiento de una técnica que actuaba de puente.
  • Una trabajadora con discapacidad auditiva que pudo adaptar los canales internos de comunicación para que todos se sintieran parte del equipo.

El papel de los Centros Especiales de Empleo

Los CEE son espacios donde este acompañamiento forma parte del día a día. Aquí no se ve como un extra, sino como una herramienta básica para garantizar que las personas con discapacidad no solo acceden al trabajo, sino que progresan y se sienten valoradas.

También ofrecen un entorno de confianza, donde la persona puede equivocarse, aprender, pedir ayuda y crecer a su ritmo.

Beneficios para todos

El acompañamiento no solo beneficia a la persona trabajadora. También favorece:

  • A las empresas, que cuentan con equipos más cohesionados y con menor rotación
  • A los equipos, que aprenden a trabajar desde la diversidad
  • A la sociedad, que avanza hacia un modelo laboral más justo e inclusivo

Conclusión

La inclusión no es un papel firmado. Es un proceso.
Y en ese proceso, nadie debería ir solo.

🤝 Acompañar es crear vínculos, escuchar y confiar.
💡 Es apostar por las personas y por sus caminos únicos.

Cuando el acompañamiento es real, la inclusión es estable.

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